El restaurante atiende varios grupos de hasta 100 visitantes simultáneamente

Cada crucerista gasta entre US$40 y US$50

Ubicado frente a la playa de PedernalesNavío Bar and Sea es un restaurante turístico que, desde su apertura en 2020, ofrece comida típica dominicana, mariscos y coctelería a visitantes nacionales e internacionales.

En sus cuatro años de operación, se ha convertido en una parada clave para los cruceristas que buscan disfrutar la gastronomía local con vista al mar. Desde la apertura del puerto de Cabo Rojo, el restaurante ha recibido casi 2,000 visitantes provenientes de los cruceros que han arribado a la zona.

Su propietario, Odanis Grullón, emprendió con la idea de aprovechar el potencial turístico de Pedernales, aunque nunca imaginó la llegada de cruceros a la provincia. Con la creciente afluencia de visitantes, ha adaptado su negocio, asegurando permisos, mejorando la infraestructura y contratando personal por temporada para atender grupos de hasta 100 turistas simultáneamente.

Grullón, nacido y criado en Pedernales, siempre tuvo claro que la provincia eventualmente desarrollaría su oferta hotelera.

«Era inevitable, causaba hasta suspicacia que una provincia con tanto potencial, con tantas playas hermosas, con buenos climas, montañas y dos parques nacionales espectaculares no gozara de infraestructura para recibir turistas, y ya ese sueño es una realidad», comentó.

Experiencia gastronómica y cultural

El menú para los cruceristas incluye platos como arroz marino, pescado y pechuga a la plancha, acompañados de una breve reseña histórica de Pedernales en español o inglés.

«La historia de Pedernales es una historia bastante joven, pero nosotros hemos visto ese atractivo, porque cada pueblo tiene su encanto, para cuando lleguen los turistas aquí, hablarles y poder decirles ´bienvenido a la playa de Pedernales´. Todas esas cosas les llaman la atención a ellos (los cruceristas)», aseguró.

Además, el restaurante ofrece una mesa de bisutería artesanal, incentivando a los visitantes a llevarse un recuerdo. También dispone de sillas de playa, sombrillas y muebles para mayor comodidad, tanto dentro del local como en la arena.

 

El gasto promedio de cada crucerista oscila entre 40 dólares y 50 dólares, monto que puede aumentar si adquieren artesanías como aretes o cadenas de larimar.

Sin embargo, Grullón destaca que, a diferencia del turista que pernocta y consume con mayor libertad, el visitante de crucero tiene servicios incluidos en el barco, lo que limita su gasto.